Ramiro Carranza: otro delito impune de las Farc
sábado, abril 23, 2005
Los hechos que desencadenó el secuestro de Ramiro Carranza Coronado son la muestra palpable del destrozo emocional de una familia ante el rapto de un ser querido. Fueron 1327 días de angustia, dolor y desconcierto. Durante casi 44 meses, la familia de Ramiro Carranza Coronado buscó, por todos los medios posibles, la liberación de su ser querido.
Tanto que su hermana, la poeta Maria Mercedes Carranza no soportó más el dolor y la incertidumbre del secuestro y decidió quitarse la vida en julio de 2003. Porque las Farc decidieron incomunicar a su secuestrado y desde hacía más de dos años, la familia de no tenía ninguna noticia ni prueba alguna de supervivencia de Ramiro.
Esa incertidumbre llegó a su fin con una llamada del Comisionado de Paz a la familia de Carranza. En esa llamada, Luis Carlos Restrepo informó que “una fuente confiable de las Farc le había solicitado que le comentara a los familiares de Carranza que no siguieran enviando mensajes porque Ramiro está muerto”. Así no más: no molesten con más mensajes porque el secuestrado se murió. Y se murió porque la familia no quiso (por dignidad) o no pudo pagar 200 millones de pesos que los delincuentes exigían por su liberación, según informó el director del DAS en ese entonces, el coronel Germán Jaramillo.
Ahora viene otro vía crucis para la familia: saber en dónde está el cuerpo de Ramiro, cómo murió y si algún día lo van a entregar o si va a engrosar las cifras de desaparecidos en Colombia.
El 2 de septiembre de 2001, Ramiro Carranza Coronado fue secuestrado por las Farc en una finca de su propiedad en Quetame, Cundinamarca, por un lazo sentimental que unía a su padre, el poeta Eduardo Carranza, con esa montañosa región del país.
Menos mal que Ramiro Carranza Coronado es un nombre y una historia cuya familia sabrá que Ramiro no será un simple número más en las estadísticas de secuestro.Seguramente a Ramiro lo vigilaron con fusiles cuya munición fue comprada con la donación de dinero que hizo la ONG Rebelión de Dinamarca.
Tanto que su hermana, la poeta Maria Mercedes Carranza no soportó más el dolor y la incertidumbre del secuestro y decidió quitarse la vida en julio de 2003. Porque las Farc decidieron incomunicar a su secuestrado y desde hacía más de dos años, la familia de no tenía ninguna noticia ni prueba alguna de supervivencia de Ramiro.
Esa incertidumbre llegó a su fin con una llamada del Comisionado de Paz a la familia de Carranza. En esa llamada, Luis Carlos Restrepo informó que “una fuente confiable de las Farc le había solicitado que le comentara a los familiares de Carranza que no siguieran enviando mensajes porque Ramiro está muerto”. Así no más: no molesten con más mensajes porque el secuestrado se murió. Y se murió porque la familia no quiso (por dignidad) o no pudo pagar 200 millones de pesos que los delincuentes exigían por su liberación, según informó el director del DAS en ese entonces, el coronel Germán Jaramillo.
Ahora viene otro vía crucis para la familia: saber en dónde está el cuerpo de Ramiro, cómo murió y si algún día lo van a entregar o si va a engrosar las cifras de desaparecidos en Colombia.
El 2 de septiembre de 2001, Ramiro Carranza Coronado fue secuestrado por las Farc en una finca de su propiedad en Quetame, Cundinamarca, por un lazo sentimental que unía a su padre, el poeta Eduardo Carranza, con esa montañosa región del país.
Menos mal que Ramiro Carranza Coronado es un nombre y una historia cuya familia sabrá que Ramiro no será un simple número más en las estadísticas de secuestro.Seguramente a Ramiro lo vigilaron con fusiles cuya munición fue comprada con la donación de dinero que hizo la ONG Rebelión de Dinamarca.