En 2004, solo un mensaje fue entregado por la Cruz Roja
sábado, mayo 07, 2005
El informe del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) sobre el flagelo del secuestro en Colombia es dramático. Durante el 2004 el Comité solo logró trasmitir un mensaje entre un rehén y su familia y teniendo en cuenta que éste organismo humanitario es quizás el único que presta esta clase de mediación, el dato resulta alarmante.
"Para algunos civiles esto significa dos o tres años de no saber nada acerca de sus familiares", dijo Juan Pedro Schaerer, delegado en Colombia del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). Así mismo, el Comité informó que en el 2004 le "fueron entregados tan solo 13 rehenes liberados".
En la información publicada por El Tiempo (mayo 6 de 2005), se indica que Fondelibertad, la dependencia gubernamental encargada del tema, tiene registros que señalan un altísimo número de plagios desde 1998 (3.023 personas), el que se disparó en el 2000 (3.706 personas). El año pasado, esta atroz practica bajó, aunque sigue siendo alta (1.441 personas).
El caso de las desapariciones forzadas igualmente resulta alarmante, pues el CICR registra que el año pasado recibió 279 nuevos casos, "que se suman a más de 2.000 desapariciones documentadas desde 1994 en relación con el conflicto armado". Esta cifra, advierte este organismo, incluye únicamente los casos conocidos por la institución "y no pretende ser exhaustiva", aunque evidentemente muestra una tendencia.
Las estadísticas que se manejan en Colombia registran que así como las guerrillas son las responsables de la mayoría de los secuestros, los paramilitares recurren ordinariamente a las desapariciones forzadas. Algunas estadísticas atribuyen esta última práctica incluso a agentes estatales.
Lo más grave es que en Colombia ningún organismo tiene cifras confiables sobre el secuestro: algunos datos estadísticos (en eso se convierten los secuestrados y los desaparecidos) son tan diferentes que difícilmente se puede hacer una aproximación a la problemática del secuestro como un mal que afecta a la sociedad colombiana. No son casos aislados. Por el contrario: la amenaza de un secuestro es una espada de Damocles que pende sobre la cabeza de cualquier colombiano. Las estadísticas que manejamos en esta bitácora son las proporcionadas por la Contraloría General de la República, las cuales nos parecen, sino las reales, por lo menos las más cercanas a la situación de este delito en nuestro país.
"Para algunos civiles esto significa dos o tres años de no saber nada acerca de sus familiares", dijo Juan Pedro Schaerer, delegado en Colombia del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). Así mismo, el Comité informó que en el 2004 le "fueron entregados tan solo 13 rehenes liberados".
En la información publicada por El Tiempo (mayo 6 de 2005), se indica que Fondelibertad, la dependencia gubernamental encargada del tema, tiene registros que señalan un altísimo número de plagios desde 1998 (3.023 personas), el que se disparó en el 2000 (3.706 personas). El año pasado, esta atroz practica bajó, aunque sigue siendo alta (1.441 personas).
El caso de las desapariciones forzadas igualmente resulta alarmante, pues el CICR registra que el año pasado recibió 279 nuevos casos, "que se suman a más de 2.000 desapariciones documentadas desde 1994 en relación con el conflicto armado". Esta cifra, advierte este organismo, incluye únicamente los casos conocidos por la institución "y no pretende ser exhaustiva", aunque evidentemente muestra una tendencia.
Las estadísticas que se manejan en Colombia registran que así como las guerrillas son las responsables de la mayoría de los secuestros, los paramilitares recurren ordinariamente a las desapariciones forzadas. Algunas estadísticas atribuyen esta última práctica incluso a agentes estatales.
Lo más grave es que en Colombia ningún organismo tiene cifras confiables sobre el secuestro: algunos datos estadísticos (en eso se convierten los secuestrados y los desaparecidos) son tan diferentes que difícilmente se puede hacer una aproximación a la problemática del secuestro como un mal que afecta a la sociedad colombiana. No son casos aislados. Por el contrario: la amenaza de un secuestro es una espada de Damocles que pende sobre la cabeza de cualquier colombiano. Las estadísticas que manejamos en esta bitácora son las proporcionadas por la Contraloría General de la República, las cuales nos parecen, sino las reales, por lo menos las más cercanas a la situación de este delito en nuestro país.
NOTA DE LA DIRECCIÓN:
Gracias por su comentario y estaremos en la pequeña...