La modalidad más salvaje de secuestro la tienen las FARC
miércoles, junio 13, 2007
Por Jaime Restrepo. Director Sistema Atrabilioso
Cada día, en diferentes regiones del país, las FARC practican la modalidad de secuestro más infame de que se tenga noticia: el reclutamiento forzado.
Centenares de niños, ahora desde los SIETE AÑOS DE EDAD, tienen que decidir entre huir de las fauces de la guerra o ingresar al grupo terrorista: no hay medias tintas: o entra a la organización o es declarado objetivo militar, incluida su familia, por lo que tienen que sumarse al alto número de desplazados que padecen en Colombia.
El Espectador publicó en su última edición una carta escrita por el lector Alfredo Torres Pachón, en la que describe el drama de esa modalidad de secuestro en las regiones en las que las FARC conservan aún alguna presencia.
En su comunicado, Torres Pachón informa sobre su intervención en San Vicente del Caguán para proteger a la familia de una profesora rural que cometió el “atroz delito” de enamorarse de un oficial del Ejército. Como resultado de esa relación, nació su primer hijo que posteriormente fue declarado objetivo militar por las FARC, por ser hijo de un militar.
A continuación, el corresponsal indica que muchos de los niños de su escuela “no volvieron a estudiar porque los enrolaron en las filas de la guerrilla.”, es decir, la modalidad del secuestro del reclutamiento forzado.
Tiempo después a la maestra se le agotó el poder de resistencia anímica y pidió ayuda para salir de San Vicente del Caguán con sus hijos, pues ahora enfrenta la amenaza de que sus dos pequeños sean reclutados por las FARC: el mayor tiene 11 años y su hermanito tiene siete.
El corresponsal indica que en Colombia hay cerca de 12 mil niños y niñas combatientes que “son sometidos a tratos crueles, vejámenes, abusos sexuales y a pelear una guerra para ellos extraña y sin sentido. Tenemos conocimiento de que en zonas de conflicto hay masivo reclutamiento de menores a quienes entrenan para matar como en Irak.”Amenaza + presión + “reclutamiento”= SECUESTRO, pero con un propósito mucho más repulsivo: poner a los menores en la primera línea de combate, para que sean los primeros en caer en algún enfrentamiento armado, es decir, son niños secuestrados para ser utilizados como carne de cañón, lo que significa que desde el momento del “reclutamiento” ya están condenados a muerte.
Algunos se rasgan las vestiduras por los vejámenes y las prácticas criminales y salvajes de los paramilitares, pero no se han dado cuenta, o no quieren hacerlo, que la práctica de algunas depravaciones, y de las más repudiables, las cometen sistemáticamente las FARC como parte de su política de guerra.
Estos niños no están ni estarán en las estadísticas como secuestrados, sino como bajas de las FARC en cualquier combate… los secuestran para que los más viejos terroristas no corran tanto peligro en los constantes enfrentamientos que sostienen con las Fuerzas Armadas: Esto podría describirse como secuestro con condena de muerte por pura cobardía.
Cada día, en diferentes regiones del país, las FARC practican la modalidad de secuestro más infame de que se tenga noticia: el reclutamiento forzado.
Centenares de niños, ahora desde los SIETE AÑOS DE EDAD, tienen que decidir entre huir de las fauces de la guerra o ingresar al grupo terrorista: no hay medias tintas: o entra a la organización o es declarado objetivo militar, incluida su familia, por lo que tienen que sumarse al alto número de desplazados que padecen en Colombia.
El Espectador publicó en su última edición una carta escrita por el lector Alfredo Torres Pachón, en la que describe el drama de esa modalidad de secuestro en las regiones en las que las FARC conservan aún alguna presencia.
En su comunicado, Torres Pachón informa sobre su intervención en San Vicente del Caguán para proteger a la familia de una profesora rural que cometió el “atroz delito” de enamorarse de un oficial del Ejército. Como resultado de esa relación, nació su primer hijo que posteriormente fue declarado objetivo militar por las FARC, por ser hijo de un militar.
A continuación, el corresponsal indica que muchos de los niños de su escuela “no volvieron a estudiar porque los enrolaron en las filas de la guerrilla.”, es decir, la modalidad del secuestro del reclutamiento forzado.
Tiempo después a la maestra se le agotó el poder de resistencia anímica y pidió ayuda para salir de San Vicente del Caguán con sus hijos, pues ahora enfrenta la amenaza de que sus dos pequeños sean reclutados por las FARC: el mayor tiene 11 años y su hermanito tiene siete.
El corresponsal indica que en Colombia hay cerca de 12 mil niños y niñas combatientes que “son sometidos a tratos crueles, vejámenes, abusos sexuales y a pelear una guerra para ellos extraña y sin sentido. Tenemos conocimiento de que en zonas de conflicto hay masivo reclutamiento de menores a quienes entrenan para matar como en Irak.”Amenaza + presión + “reclutamiento”= SECUESTRO, pero con un propósito mucho más repulsivo: poner a los menores en la primera línea de combate, para que sean los primeros en caer en algún enfrentamiento armado, es decir, son niños secuestrados para ser utilizados como carne de cañón, lo que significa que desde el momento del “reclutamiento” ya están condenados a muerte.
Algunos se rasgan las vestiduras por los vejámenes y las prácticas criminales y salvajes de los paramilitares, pero no se han dado cuenta, o no quieren hacerlo, que la práctica de algunas depravaciones, y de las más repudiables, las cometen sistemáticamente las FARC como parte de su política de guerra.
Estos niños no están ni estarán en las estadísticas como secuestrados, sino como bajas de las FARC en cualquier combate… los secuestran para que los más viejos terroristas no corran tanto peligro en los constantes enfrentamientos que sostienen con las Fuerzas Armadas: Esto podría describirse como secuestro con condena de muerte por pura cobardía.